Este ha sido un año musical y brasileño. Estuvieron en la ciudad todos los artistas de Nuevas Voces de Brasil y Voces de América Latina, además de Carlinhos Brown. Ayer en el Teatro Mayor Julio Mario SantoDomingo estuvo Gilberto Gil. Un sueño hecho realidad.
El concierto no pudo ser mejor, un sentido homenaje a sus mejores músicas (nos quedó debiendo Refazenda y Aquele Abraço); una reflexión a la muerte, que debe sentir próxima; un maravilloso recorrido por unas canciones de otros grandes de Brasil: Caetano Veloso, Luiz Gonzaga, Dorival Caymmi y Antonio Carlos Jobim. El escenario bello, aunque hubo fallas en la iluminación de la tarima que prendía y apagaba luces como si no le hubieran hecho las pruebas suficientes.
Gil bello, cantó, gozó con el público, habló de las múltiples (creo que dos) veces que había estado en Bogotá y lo interesante que fue conocer Medellín. Me quedé con las ganas de conocerlo, de hacerle un par de preguntas, de tomarme una foto con él. El público desjuiciado llegó tarde, la logística del evento más desjuiciada aún dejó entrar gente faltando 15 minutos para las 9 (cuando el concierto empezaba a las 8:00). Muchos no tenían ni idea quién era, sólo estaban porque es el Julio Mario, eso significa que el teatro ya es un referente de buenas propuestas.
Gracias, gracias Gil por ese concierto tan lindo, gracias por tus músicos, gracias por tus músicas. Gracias, mil veces gracias Teatro Mayor por traerlo.
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