domingo, 18 de diciembre de 2011

Elogio a Bogotá

Esta mañana cuando abrí el periódico pasé directo a las columnas de opinión. Me encantó la de Héctor Abad (como siempre), la de Alejandro Gaviria estuvo decente, detesté la de Humberto de la Calle y escasamente pasé por el lead de Carolina Sanín. Ese mensaje de odio a Bogotá me hizo darle le vuelta a la página.

Por la tarde, después de ver como las nubes se apoderaban del cielo de nuestra capital para darle paso a la tormenta que cae en este momento, me senté frente a mi computador y la gente estaba hablando de dos temas en Twitter: el partido Junior-Caldas y la renuncia de Carolina Sanín a El Espectador. Me picó la curiosidad y entré a la página del periódico a ver qué era lo que me había perdido.

Entonces me encontré con un texto triste de una niña burguesa que decide no querer a la ciudad donde vive porque no tiene aguas corriendo y es demasiado tercermundista. Pobre Carolina, no debe conocer bien a Bogotá. Despotricó de las clases medias, de los obreros, de los intelectuales y los superficiales, todos desde arriba y con desdén, como miran muchas veces los habitantes de Rosales a Bogotá.

Resulta que a mí sí me gusta Bogotá. Mejor, me encanta. Esta ciudad me parece maravillosa, me encanta caminar por sus calles, ver a su gente, sofocarme en Transmilenio y que un fugaz cantante de rap se suba al bus a predicar la palabra de dios o a improvisar unos versos para nosotros.

En orden, Carolina, te voy a refutar y después te voy a contar por qué esta ciudad es, a mi modo de ver, un ensueño. Primero, Bogotá sí tiene agua, mucha agua, algunas están en mejores condiciones que otras, pero para nombrarte de oriente a occidente atraviesan la ciudad los ríos Contador, Córdoba, Callejas, Molinos, Arzobispo, Salitre, San Francisco, Fucha y Tunjuelito. De los casi mil humedales que comprendían el Lago de Humbolt hoy existen, en espacio público, el Juan Amarillo (o Tibabuyes), el del Parque Simón Bolívar, el del Parque de los Novios, el Córdoba, el Lago Timiza, el Capellanía, el Burro, el Jaboque, Santa María del Lago, Guaymaral, La conejera, La vaca y Techo. Otros privados acceden al del Carmel, del Rancho, del Country, entre otros. Acepto, Bogotá casi no tiene fuentes, escasamente recuerdo La Rebeca, El mono de la pila, el Chorro de Quevedo y algunas en quintas de La Candelaria.

Difiero contigo en que Bogotá huele al tubo de escape en un bus, a mí me huele a pollo asado. Sí, es un olor igual de desagradable pero en Bogotá en cualquier lugar y en todos los estratos hay venta de pollo asado. Siempre he creído que la colombianidad se define en dos cosas: comer pollo y odiar a las FARC. A los vendedores de los buses los puedes ignorar como hacemos muchos cuando estamos cansados o no queremos saber de sus productos, son unas 5.000 personas que buscan una forma alternativa de vida, a mí me gustaría que no existieran pero en medio de un trancón a veces un maní salado hace la diferencia entre tener paciencia o pedir por "en el culo resistencia".

A los taxistas todos los odiamos y los amamos un poco, después de una hora esperando taxi uno siempre le dice al que para que fue un ángel, yo he tenido dos malas experiencias en un taxi, ambas relatadas en este blog, y he sacado dos buenas historias para artículos de prensa de los conductores del carrito amarillo. De las chivas rumberas no hay mucho que decir, la gente que se monta en ellas sabe que hará el oso, los que las vemos pasar nos morimos de la risa, son un atractivo exótico de esta capital.

El centro de Bogotá es bellísimo, combina con gracia un país que no supo qué hacer después de que unas protestas políticas arrasaron a la capital. Está llenas de iglesias pobres, con un esplendor incipiente y nunca comparable con el de Lima o Quito, tiene unas callejuelas llenas de historias, de fantasmas, de hombres y mujeres enruanados; las oficinas del gobierno todas apiñuscadas en un espacio limitadísimo para hacer frente a los ataques terroristas y la amenaza insurgente. Lo mejor del centro tal vez son los rincones del Caribe y el Pacífico que le recuerdan a uno que aunque esta ciudad está tan lejos del mar su gente siente la cadencia de las olas y el salitre en su piel.

El centro expandido es aún más increíble, con los antiguos edificios de la Calle 19, el reluciente Tequendama que todavía le recuerda a la ciudad que los cincuenta fueron mejores, las casas judías de Armenia y Santa Fe, las casas Túdor y Victorianas de La Merced, la máxima expresión del Art Decó en Teusaquillo, los árboles del Park Way, la vista del Archivo Distrital y lo lúgubre del Voto Nacional. A las mujeres que les dices del norte te las puedes encontrar en todas partes, una prima brasilera decía que en Bogotá todas las mujeres se visten igual: bota negra o café, jean, camisa de tiras blancas y buso azul oscuro o negro, pelo perfectamente liso, gafas oscuras y bolso gigante. Es verdad, esa ha sido una costumbre bogotana, las mujeres de clase media y alta, y en algún tiempo los hombres también, solían vestir de una forma única, rastrea la moda bogotana de los últimos 200 años, es impresionante lo que uno encuentra.

Cuando hablas de los polvorientos barrios de trabajadores me imagino que te refieres al sur de Bogotá, un genérico que nos hemos acostumbrado a usar como si el occidente no fuera también hogar de millones de obreros y sus familias. Te cuento Carolina que el sur es polvoriento por naturaleza, en Bogotá, a diferencia de casi todo el mundo, los ricos y los intelectuales se asientan donde más llueve, si revisas los índices de pluviosidad de Bogotá descubres que Rosales y Chapinero Alto tienen el doble de lluvia que Ciudad Bolívar y sólo las universidades Nacional, Externado, Andes y América reciben más gotas que donde viven los ricos.

De la perica y los intelectuales no puedo decir mucho, nunca he pertenecido a un grupo de drogadictos, excepto por el ocasional porro y una aventura de trip. Estamos de acuerdo, los diminutivos son desesperantes, eso es parte de ser cundiboyacenses, pero prefiero las terminaciones chiquitas que el robo de la ese o la pronunciación germanizada.

Creo que en lo que más difiero contigo es en el término de la burguesía, porque la burguesía era una clase industrial, trabajadora, preocupada por la revolución que acabara con los privilegios de unos pocos (de repente uno podría decir que en esa búsqueda se extraviaron) y sobre todo comprometida con el liberalismo. La Universidad de Los Andes dice que estudiaste filosofía y letras y que has escrito, has estudiado la Edad de Oro y has dictado clase. En tu columna no pareces muy liberal, más bien algo cercano a un anarquismo que lo desecha todo, no pareces particularmente industrial ni mucho menos comprometida con quitarle a unos para quedarte tú con lo que ellos tenían. No eres muy burguesa que digamos

La gente en Bogotá dice que la carrera 7 es la vía por excelencia de Bogotá. Yo creo que no, por eso te invito Carolina a que caminemos por la carrera 13, mi favorita. Esa que nació por la iniciativa del Virrey Antonio Amar y Borbón, una perfecta línea recta entre la Iglesia de San Diego y el Puente del Común. Empezamos donde quieras, propongo que sea el humedal Guaymaral, que nos de ataque de risa la gente emperifollada que entra a los clubes del norte, que veamos los niños dormidos en un trayecto infame antes y después de ir a estudiar, que andemos la amplitud de la Autopista Norte y de vez en cuando reconozcamos una casa al estilo de Le Corbusier o de Rother, que veamos edificios gigantes con escaleras eléctricas en su fachada y en el zaguán de entrada una señora con un coche de niños vendiendo cigarrillos y minutos.

Vas a descubrir varios ríos, uno que otro parque, cientos de bustos, una plazoleta de venta de flores, verás al tercer mundo compartir su casa con el primero, a los maricas darse besos mientras las piadosas entran a misa en Lourdes, a los gamines y las putas de la 57, la bella fachada de Marly (y te voy a contar por qué se pronuncia marlí y no marli). Vas a quedar con la cara tiznada del hollín, vas a oler a pollo y sudor. Cuando lleguemos a la Torre Colpatria discutimos si vivir en esta ciudad nos hace bien porque estamos al borde del barranco y en el piso de las escaleras eléctricas. Si nos sobra el oxígeno te trataré de convencer que Bogotá no es tan mala.

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Este artículo fue publicado con modificaciones en El Espectador. Aquí lo pueden leer

49 comentarios:

  1. Parece que MUY POCOS conocen esta ciudad. No soy de aquí pero hace 5 años que me encanta.

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  2. Definitivamente cuando se conoce se puede hablar perfectamente de un tema, excelente artículo.

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  3. Muy buena nota... refleja un excelente conocimiento de la ciudad y comparto todo lo que dices, aunque yo no sea bogotano de nacimiento me gusta esta ciudad que es tal como la relatas.. Ademas ESCRIBES MUY BIEN... da GUSTO LEERTE.

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  4. Muy bueno, solo omitiste que en el recorrido por la carrera 13 se tardaran muchas horas, como lo narraste suena entretenido y fluido, todo seria perfecto si realmente fuera así.

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  5. Digamos que es un retrato socio-antropológico de la ciudad, desde el punto de vista de un cachaco. Hay que leer la columna de Carolina. Felicidades.

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  6. ¡Qué visión más rosa de Bogotá y estereotipada la imagen de región que tienes! Prefiero los que ven el vaso medio vació, suelen ser más realistas. Sigue en el mundo rosa amigo.

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  7. Recorrer la ciudad contigo siempre es un placer, Ro. Ya conquistamos la Candelaria, cuando quieras seguimos con otros sectores.

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  8. No entendiste la columna. El punto era que Carolina consiguió carro.

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  9. eeh, pasó la linea de lo bueno

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  10. Soy bogotana y no conozco muchas de las cosas que mencionas. Creo que nadie, ni viviendo muchísimos años en esta ciudad, podría conocerla perfectamente.

    Y quizás Bogotá no sea perfecta, pero considero que una descripción tan superficial (o incluso, de cualquier espacio) —tal como la hizo C. Sanín— no habla mal de la ciudad, sino que habla mal de quien escribe. Un ciudadano no debería ser simplemente un habitante que no ve más allá de su rutina, sino que debería ser una persona que vive su ciudad y que, aunque tenga que tragar esmog en el camino, se atreve a descubrirla.


    Pd. Se escribe "lúgubre".

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  12. Natalia, mil gracias por la corrección. Un chascarrillo similar al que comentemos a diario con cónyuge. A todas y todos gracias por el comentario

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  13. Bogotá no podrá ser la capital de un país tercermundista, pero si estoy segura que no tiene nada que envidiarle a muchas ciudades que si los son y lo digo por experiencia.
    Hay contaminación, pobreza, inseguridad, pero también hay cultura, diversidad y lo que es mas importante para mi cientos de cosas por hacer, así que si la Señorita C. Sanín odia la ciudad debe ser demasiado aburrida, no tener amigos o quien quita de pronto hasta estar en sus días, a mi suele pasarme jaja.
    A propósito, gracias a la columna en cuestión me encontré con este Blog una muy buena consecuencia.

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  14. Bogotá es horrible, es como los que dicen que Colombia es el mejor perfil del mundo... saben lo que es trabajar en la 170 y vivir en tunjuelito... o lo que es intentar tomar una buseta a las seis de la tarde, o ver como los barrios se llenan de basuras...

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  15. perdón el mejor país del mundoooo

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  16. Pues lo es, lastima la corrupción, pobres pero contentos.

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  17. Hombre, es cierto, Bogotá tiene cosas espectaculares.
    Quiero, sin embargo, mencionar que maravillas antropológicas o de arquitectura no necesariamente embellecen aquello que gravita a su alrededor.
    Por ejemplo, hospitales como el San Juan de Dios y San Carlos (ambos joyas de nuestra ciudad) no son capaces de eclipsar la HORRIBLE indiferencia que hemos asumido los bogotanos, sobre todo los "burgueses" (como ud. nos/los definió), y que ha permitido que Bogotá pase por encima de la dignidad de miles de personas.
    Estoy seguro de que para alguien acomodado y para alguien que objetive a Bogotá y la estudie como un objeto aislado, Bogotá debe ser algo increíble. De igual forma la célula tumoral es increíble y espectacular para el investigador.
    Me parece curioso que varios de los ejemplos que menciona (sobre todo los arquitectónicos) son en huellas históricas de la burguesía bogotana de otros tiempos.., pero más curioso me parece la sensación de que, solo por refutar a la vieja del Espectador, ud. cayó en el mismo error de ella: juzgar a Bogotá por pedazos de lo que es, no por la forma en que refleja las interacciones sociales que en ella se dan.

    Hombre, también quiero felicitarlo porque es agradable leer lo que escribe.
    Gracias por opinar y dejarnos conocer un poco lo que piensa.

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  18. Estamos de acuerdo, pero creo que Carolina sólo conoce lo que ella quiere conocer. Yo no soy experto en Bogotá pero la camino mucho y me encanta. Me han robado, me hicieron paseo millonario, me trataron de violar en un taxi, conozco la pobreza de esta ciudad y me indigna, me parece que el colmo que Bogotá no tenga oportunidades para todos. Aún así amo esta ciudad que me acogió.

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  19. copypaste conversacional: "es que si la gente solo oye tropipop y va a rumbiar a la 93 es muy amargada, y escribe cosas de satán, por eso ella es así, por eso y porque probablemente no se la comen hace 43 años..."

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  20. Hay algo que un amigo psicólogo me explicó (sin pretender ponerlo como una verdad, solo como una teoría plausible):
    Hay algo que llaman "formación reactiva". Es prácticamente actuar un papel que está en sentido contrario a la "naturaleza de cada persona" para afrontar una situación estresante. Por ejemplo el personaje que es MUY MUY MUY tímido pero que "vence el miedo" (genera/hace una "formación reactiva") y por iniciativa propia se para y le habla a la persona que le gusta.

    Que tan probable cree que sea que su amor por Bogotá sea una "formación reactiva"?
    Cree posible que su amor por Bogotá sea una formación reactiva ante lo que vive en Bogotá?

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  21. No. Creo que es haber vivido en otras partes y reconocer que donde he vivido feliz es en Bogotá.

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  22. Con eso último no pareciera amar a Bogotá sino lo que ha sentido estando dentro de sus "fronteras".

    Aún así la subjetividad sigue siendo irrefutable y su amor por Bogotá es tan respetable como su misma existencia.

    De nuevo: 1) gracias por compartir algo de lo que piensa; 2) me parece agradable la forma en la que escribe.

    Me voy a dormir, mucha suerte.

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  23. Venía todo bien hasta que leí el último párrafo.

    Me hace recordar la tradicional frase "Bogotá es Bogotá, lo demás es loma", invoca cierto regionalismo - lo cual sólo nos desune -, todo el artículo está bien refutado y transmite lo bueno de Bogotá, pero ese último párrafo habla mal de lo rural. Hubiera bastado simplemente con transmitir una idea sencilla como: "Si no quieres vivir en Bogotá, bien, eres libre de no vivir en ella, yo me quedo aquí disfrutando todo lo bueno que mencioné".

    Así como algunos se ofendieron con el artículo de C. Sanín, tú puedes ofender a algunos - como yo que soy Bogotano pero conozco y amo el campo y su gente - con ese final. Porque generalizas. Una simple muestra es: ir por esos caminos de piedra entre la fauna y flora, donde el aroma nos envuelve, y donde si ves un campesino de saluda, así no te conozca. Llegar a la casa de un vecino o conocido y que éste te invite a almorzar o te de un vaso de limonada o jugo. Que la gente de estos lugares se preocupa más por darle estudio y de comer a su familia, que andar todo el día con un teléfono diciendo ridiculeces o frases irrelevantes. Y lo anterior no lo digo por decirlo, sino porque lo he vivido.


    Esa frase final "Después de eso, también podemos charlar" queda vacía con las palabras que la preceden.

    El artículo me encantó - aunque en algunas cosas difiero-, hay datos valiosos, que rescatan y destacan lo hermoso y bello de la ciudad donde nacimos, esa ciudad llena de historia y cultura, de arte, de talentos ocultos, de gente extrovertida y estoica ante todo. Por eso, no hay que dañarlo con un párrafo último como ese.

    Hay que tener un orgullo por lo que somos o de donde somos, pero que ese orgullo no nos lleve a pasar por encima los demás.

    Saludos.

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  24. Hola Andrés, el último párrafo lo pensé mucho, tanto que cuando dejé de escribir había dejado de llover. Lo puse porque me dio la impresión de que Carolina quiere rendir homenaje a la vida rural, a la vida en la otra Colombia sin haber vivido nunca allá. Los que la hemos vivido sabemos que si el panorama en Bogotá es triste, en el resto del país es desolador. Al anónimo, sí, en Bogotá he sido feliz, es el único lugar en el que me he sentido en casa.

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  25. No, cómo así que lo mejor del domingo es Héctor Abad, si sus columnas son inmundas, aún Carolina Sanín en modo resentida logra hacer mejores cosas que ese seudo escritor.

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  26. A mí las columnas de Héctor Abad me encantan. Siempre liberales, siempre de mente abierta, siempre con buenas citas, siempre en contra de los curas.

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  27. No me gustó el uso del término "Maricas" del final :/
    De resto muy buen texto :)

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  28. A mucha gente el término no le gusta. Como yo soy marica a mí me gusta usarlo para quitarle el sentido peyorativo con el que el común lo usa. Gracias por el comentario

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  29. Rodrigo, excelente respuesta. Soy barranquillero y no puedo evitar al llegar a Bogotá enamorarme de todo aquello que comentas en este post. El clima, la lluvia, la gente, los olores, el ambiente, en fin. Gran ciudad.

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  30. Lizeth Ortiz Carreño19 de diciembre de 2011, 12:40

    Leerte siempre es un gusto. Me encanta cómo muestras esa exaltación al campo. Es un tema tan vigente, en especial en la antropología: gente que se burla de los católicos practicantes pero que arman plan para ir a tomar yagé y les parece lo último en espiritualidad. Una pildorita para sacudir los prejuicios. Me encanta :)

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  31. Uy hermano... ¿Usted no tiene una empresa de guías turísticas por Bogotá? Ese paseo pinta como bueno!

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  32. DESAFORTUNADAMENTE EXISTEN PERSONAS COMO ESA NIÑITA Q NO VEN MAS ALLA DE SUS NARICES SI NO ESTAN DE UNA CAPITAL GRINGA O EUROPEA Q TRISTEZA.

    POR OTRO LADO EXCELENTE ARTICULO OJALA A MAS PERSONAS C LES PEGUE ESE AMOR POR ESTA HERMOSA CIUDAD Q NOS DA TODO A TANTOS PERO Q MUCHOS DESPRECIAN.

    SOY UN ORGULLOSO HIJO DE ESTA CIUDAD Q LA AMA CON TODO Y SUS DEFECTOS PERO ACASO ALGUIEN ES PERFECTO, SOLO DIOS

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  33. En un principio malinterpreté el término "Provincia". Si bien no es una palabra que se utilice mucho, algunos (como yo) podemos tener la falsa idea de que hablas de la provincia como todo lo que está fuera de Bogotá. De no ser por la respuesta al comentario de Andrés, la inconformidad con este escrito sería notoria.

    Aprecio la manera como intentas limpiar el desorden que Carolina Sanín causó; es solo que cuando terminas la limpieza y botas el "agua sucia" por fuera de la casa (no importa si haces referencia al campo, a los pueblos, a las otras regiones) recurres a esa conducta poco fascinante en los que vivimos en este país: Enlodar lo del otro para enaltecer lo propio.

    Entiendo tu posición, y se que lo que describes en esas últimas lineas es una realidad odiosa y latente... pero así como reconoces que Bogotá no es una ciudad perfecta, es preciso que no generalices sobre lo que pasa alrededor.

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  34. Es verdad, la generalización no es apropiada. Sigo creyendo que ella idealiza a la provincia. Bogotá no es perfecta pero el que vive en provincia tiene una vivencia diferente.

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  35. respete la provincia, en ella hay mil veces mejores personas que en la ciudad,los salvajes lo puede encontrar en la selva de cemento donde matan cada día a una mujer por se mujer, donde un antisocial le hecha un carro al peatón 10 veces por día,donde uno no puede caminar tranquilo ni en lo barrios de clase alta, eso si son salvajes. del resto resalta que si que conoce Bogota intentare conocerla a ver si se gana mi aprecio que de las incontables veces que he ido me parece desesperante y por ello ni la intento recorrer.

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  36. La respeto completamente, si usted lee mi biografía, nací en Sogamoso y crecí entre Yopal y Sogamoso. La provincia no es mejor que Bogotá, al menos no en esa versión romántica que la ve Carolina. Ojalá se anime a venir a Bogotá

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  37. Me gustó lo que leí, me gusta esta ciudad y creo que también soy de esas personas que busca ver de un modo un poco romántico todas esas imperfecciones que encontramos en Bogotá, tal vez haga falta mirar un poco más hacía los sectores populares, aquellos que pareciera que no tienen tanta historia por contar como la candelaria por ejemplo. Es normal que a veces odiemos la ciudad, el tumulto, el transporte y muchas otras deficiencias, pero eso de estar quejándose hasta del porqué de la lluvia es perder el tiempo.

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  38. Sí, ahora en mi twitter hice una autocrítica, a este post le falta sur. Escribiré pronto.

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  39. jejeje en efecto leí la calumnia perdon columna de la muchachita Sanín.(Por cierto, el espectador no admite comentarios a la misma.) Y no es mas que la pataleta de una "niña bien" que no se la aguantan ni en su casa. Hey buen blog, lo seguiré leyendo y de pasada lo "linkeo"(lo admito anglicismo) en el mio.

    Quike micifous

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  40. Muchas gracias, espero que te diviertas con algunas historias

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  41. Ah por cierto, el anonimato es un derecho pero este personaje se lo toma muy a pecho! Sr anónimo ... ¿Qué le cuesta hacerse responsable de sus comentarios?

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  42. Peor que la columna de Sanin: esto.

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  43. Te amo por esto y por mucho más, ando poniéndome al día de la actualidad nacional y la tal columna me dio asco, yo que acabo de regresar de un macondiano barrio de Cartagena, que nací en un pueblo escondido entre dos montañas en Cundinamarca, no renuncio ni negocio mi residencia en la tierra en esta ciudad bella que tanto amo, Bogotá

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  44. Gracias vaquita linda. Andrés, gracias por comentar

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  45. A ver, vamos por partes... y en la primera parte debo decir (escribir) que soy caleño, o mejor, orgullosamente caleño (¡gracias divina providencia por ello!), habiendo escrito esto vamos a la segunda parte: Bogotá no tiene nada que ofrecer, es una pseudo ciudad que se levanta a empujones día a día a punta de los generosos e inmerecidos ingresos de la Nación (el dinero de mis vallecaucanos sobretodo), su historia cultural es pobre, solo basada en el relato de unos indígenas que fueron violados por sus anos y vaginas por un grupo de bárbaros con sífilis venidos de España y una historia republicana tan inaportante a la gesta independentista que no vale la pena gastar mas tic, tic... en el teclado de mi computador... (historia patria la de los santanderes, la de los llanos orientales, la de mi Valle de Cauca; Bogotá era solo un recinto de golfas a donde solo se llegaba a lomo de mula...), con una geografía y un clima repugnante (literalmente hablando), cuyas personas tienen fama (y ya saben el dicho: "crea fama y acuestate...") de ser unos acomplejados empedernidos, unos hipócritas autonombrados, unos arribistas por cultura (o incultura) y unos ordinarios desde la o hasta la s (no solo existe para la vestimenta diaria las botas de cuero desteñido como si tuvieran un caballo en la cocina, y las chaquetas con pulgas en los bolsillos y cebo humano en el cuello).
    Si quieren algo mas light, de parte mía examinemos el fenotipo mayoritario de un rolo (a): son feos con F mayúscula, (como el mismo muisca cuando el aberrante español le mostró su reflejo en un espejo y se asustó; todo esto antes de ser degollado y violado por el gallego mal viviente ese).
    Y por favor no me vengan con estupideces como: "pero Bogotá es teatro, cultura..." (cuando las bellas artes a Colombia entraron desde Cuba y Argentina por Cali), "pero Bogotá es ciclo-ruta y cuidado del medio ambiente..." (cuando el primer sendero ciclisto de Colombia se dio en Pance), "pero Bogotá es la capital..." cuando en un experimento de país fallido como este yo estoy mil veces mas orgulloso de ser caleño-vallecaucano que colombiano con la firme convicción que mi renta nacional le paga las escuelas publicas y los hospitales a parásitos como ustedes o esos paisas, o el HORROR: "pero en Bogotá bailamos salsa..."
    Me despido, no sin antes aclarar (manada de rolos ignorantes) que el dicho histórico es: "Cali es Cali lo demás es loma..." (por eso de que Cali se encuentra en un valle geográfico a diferencia de ustedes). Piensenlo un poco rolos: si Bogotá geográficamente es una loma, per se, ¿como diablos lo demás sera una loma?
    P.S.: si, la palabra "rolo (a)" es semanticamente despectiva. ¿porque creen que la uso?

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    Respuestas
    1. Valentina.
      Wow, el chico caleño escribió tantas verdades en forma de poesía que (aunque siendo bogotana), me excitó de una manera que no puedo explicar, ay.
      Es cierto, basta de mitos mezquinos (que hablamos neutro: pufff...) no somos lo mejor de Colombia, pero tampoco somos lo peor, bello caballero valluno.
      Y lo peor es que estamos tan lejos del mar...

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