sábado, 9 de marzo de 2013

Las estaciones


Mi abuela alguna vez me dijo que el amor para llamarse amor, debe pasar por las 4 estaciones: invierno, verano, otoño y primavera; pero como este amor tuvo de fondo la fría Bogotá, nuestro amor pasó por 41 estaciones y 9 paradas, las estaciones y paradas necesarias para que tú lograras llegar a tu destino y yo pudiera llegar a ti.
Bogotá: 7 am, la gente haciendo fila, mi maleta y yo, todo ese conjunto que se acelera cuando a lo lejos se ve llegar el C4. Al abrirse las puertas de Transmilenio, se inicia una guerra cuerpo a cuerpo para obtener una buena ubicación como si se tratara de un partido de fútbol o un evento gratuito, sin embargo, lo que se vive dentro es un concierto: el concierto del caos…sonidos de celular, voces de mujeres hablando, groserías de gente que va tarde, “¡oiga maricón no me restriegue la verga!”, “¡no sabe leer: las sillas azules son para discapacitados!”, “¡malparido ladrón, devuélvame el celular!”, etc.
Las puertas por fin se cierran y el ruido externo se silencia. De repente, un sonido ensordecedor pero familiar nos avisa que las puertas se van a abrir de nuevo y entras tú: mi bella durmiente desvelada e impuntual, con tu pelo húmedo y  tu uniforme de enfermera; yo atónito te admiro cuando escucho salir de tus labios un tierno:
-          Qué me mira, ¿se le perdió una igualita?
Mis ojos se desvían, mi piel se pone acorde con el color del transmilenio quedando casi camuflado y por dentro digo:
-          Si,  se me perdió una igualita…pero en mis sueños
Este amor se llama amor, porque somos la pareja perfecta: yo te amo, tú no me conoces, pero día a día subes a mi corcel rojo y pasamos del “fuchi” (Estación Fucha), al corazón (Estación Cardio Infantil).
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Gracias XX (así firmó) por esta historia

1 comentario:

  1. Muy tierna y capitalina la historia...muchos tenemos romances fugaces patrocinados por la empresa roja.

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