A Colombia le ha ido bien en dos Juegos Olímpicos. Los primeros fueron los de Munich 1972, los segundos son los actuales. En ambos la delegación ha tenido 3 medallas (aunque esta nota la escribo apenas en la mitad de la competencia, con varias posibles medallas en juego). Ambas participaciones de Colombia tuvieron una excepcional preparación en las olimpiadas y un desempeño regularmente bueno de nuestros atletas ¿Por qué?
Sin lugar a dudas, el buen papel de Colombia en Munich 72 fue producto del recién creado Coldeportes que focalizó esfuerzos, dinero y entusiasmo en los Juegos Olímpicos. El papel de Coldeportes se fue desfigurando a través del tiempo y esto se vio reflejado en el pobre resultado de nuestro país en las siguientes justas deportivas, con una pésima actuación en Atlanta 96, que marcaron el peor desempeño nacional desde 1968.
Desde 2000 Coldeportes comenzó un significativo cambio por varias razones, primero se gravaron las conversaciones telefónicas con un 5% adicional de IVA destinado a la organización; segundo, dejó de ser una entidad descentralizada para tener parte en el Ministerio de Cultura; finalmente, hubo buenos directores de la entidad. Los gobiernos de Pastrana y Uribe (como me pesa decirlo) jugaron un papel fundamental en el mejoramiento de Coldeportes (que dista de ser óptimo).
El mejoramiento de Coldeportes trajo consigo un cambio fundamental en varias prácticas nacionales olvidadas. Por un lado, los juegos intercolegiados volvieron a tener fuerte competencia local, departamental y nacional, lo que generó un renacimiento de varias ligas deportivas como las de Boyacá, Santander y Cauca, además de la consolidación de otras como la de Bogotá y Antioquia. Los juegos intercolegiados volvieron a ser semilleros de deportistas y el lugar indicado para que las ligas lograran encontrar deportistas para el segundo hito, el redescubrimiento de los Juegos Nacionales.
Primero fue el entusiasmo con el que Boyacá y Nariño organizaron las justas de 2000 que dejaron importantes escenarios deportivos, después vinieron las impecables competencias de Bogotá y los mediáticos juegos de Valle y San Andrés. En los Juegos Nacionales las federaciones volvieron a reclutar deportistas para las competencias internacionales y obligaron a los departamentos a volver a tener recursos para sus deportistas. Además, muchos departamentos esperan mejorar sus escenarios con la organización de los Juegos Nacionales, lo que ha despertado el apetito por ser sedes.
El punto más importante, además de todos los anteriores, es que después de la vergüenza de los Juegos Suramericanos de 2000 a los que Colombia renunció por razones de seguridad y a los que además no asistió, Colombia organizó prácticamente todo el ciclo olímpico en una década. En primer lugar, los Bolivarianos del Eje Cafetero en 2004, después los Centro Americanos y del Caribe en 2006, más adelante, los Suramericanos de Medellín. Todos dejaron bien parados a los deportistas nacionales, tanto así que Colombia por fin ganó unos juegos suramericanos y unos bolivarianos, además de tener una destacada participación en los Juegos Panamericanos. La sombra fue la triste candidatura de Bogotá para los PAN2015 y las esperanzas de esta década están centradas en los Juegos Mundiales de Cali en el 2013 y la candidatura de Medellín a los Olímpicos Juveniles de 2018. Ojalá el gobierno distrital asumiera pronto la candidatura de Bogotá a los PAN de 2019, a los que ya aspiran Lima y Santiago.
Finalmente, hay que recordar que aún con todo lo anterior los deportes diferentes al fútbol siguen teniendo terribles problemas de financiación. Vale la pena recordar el gimnasta que vivía en una casa sin tejas, la pesista que vende empanadas para pagarse los viajes, los entrenadores que no cobran sueldo, los nadadores que compran el cloro para sus piscinas y los ciclistas que vulcanizan sus propias llantas. Toda la financiación privada se va al fútbol masculino de mayores que parece nunca estar satisfecho y que, valga decirlo, no genera ni un solo triunfo nacional.
Ojalá este año Colombia obtenga más medallas (yo confiaba en la presea de varios de los deportistas hoy desclasificados o con regulares resultados) y más méritos para que la financiación estatal crezca y el patrocinio privado se manifieste. También, para que más jóvenes escojan deportes diferentes al fútbol para practicar y que haya hinchadas para algo más que fútbol y patinaje (el deporte colombiano que tristemente no es considerado olímpico).
El deporte profesional no es gratis, se logra con estamentos públicos, con patrocinio privado y con esfuerzo personal y colectivo. No se nos puede olvidar.
Apóstrofe: Colombia lleva este año 3 medallas y 12 diplomas, eso quiere decir que 15 deportistas han logrado estar entre los 10 mejores de su competencia. Nada mal.
Hay un gran problema en la dirigencia política de nuestro pais, que no ven el deporte como una oportunidad de crecimiento tanto social como económico. Cada evento deportivo de gran reconocimiento internacional organizado de una forma responsable y bien planeada, aporta, como ya esta demostrado, entre el 1.5% y 2% de crecimiento económico a la ciudad que lo organiza. La practica del deporte de alto nivel puede aportar hasta 1 punto en el PIB de una nación y en Colombia no alcanzamos ni 0.1, cosa que ya ha empezado a cambiar pero áun falta mucho por invertir. Y lo que mas hay que empezar a cambiar es en donde se invierten los patrocinios privados los cuales casi todos van al futbol el cual ha mostrado pauperrimos resultados.
ResponderEliminarAsí es. Gracias por el comentario
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