domingo, 1 de agosto de 2010

Te extraño

Te extraño. Sí, ya sé que la vez pasada me escribiste que no te dijera eso. Es inevitable, no dejo de pensar en tu cara, no me olvido de la forma de tu cuerpo debajo de las cobijas, no se me borra la sonrisa cuando te imagino sentada en la hamaca y yo en la sala tocando algo con la guitarra. La última carta que me enviaste todavía esta en mi almohada, por las noches, antes de dormir, la huelo y a veces la leo.

Me comí los chocolates muy rápido. Tú bien sabes, soy impulsivo. Me hacen falta, aunque aquí en Bogotá no se derriten, como me gustaba dejarlos en la mesa del comedor y que al llegar fueran una masa deforme, media hora en el congelador y tenían un sabor diferente, más a nosotros. Si quiero que aquí pase lo mismo me toca meterlos al bolsillo y tratar de cargarlos todo el día. Lo intenté dos veces y fallé, antes de montarme en el bus ya me los había comido.

No me acuerdo si te dije que te extraño, me da pereza volver a leer lo que ya escribí. Estos días han estado fríos y lluviosos. En los periódicos nunca llega nada de allá, como si ustedes no existieran. Quisiera tener noticias más rápido. A veces pienso que debería escribir una bitácora de acontecimientos y eventos. Entonces sé que no tendrás tiempo para leer y que no quiero aburrirte con mi intensidad. Empecé una cuenta regresiva en la pared que da al clóset. Todas las mañanas marco la mitad de una raya y todas las noches la otra mitad. Tengo que saber cuánto tiempo me hace falta para verte.

Me estoy quedando solo, he descubierto que mis amigos todos tienen una vida propia y al parecer la euforia inicial de verme se ha ido extinguiendo con la rutina natural de nuestras cotidianidades. He pensado que quiero pasar el año nuevo sólo contigo, que no quiero abrazar a nadie más ni compartir comida con nadie más. Por favor, no te comprometas hasta que yo no llegue. No quiero regalos, te voy advirtiendo desde ya, riega el chisme, no le pienso llevar nada a nadie, así que no espero que nadie tenga nada para mí. Espero que me alcances a escribir antes de irme, porque quiero saber qué extrañas y así poder llevarte algo. Pienso llevar una sola maleta, con ropa suficiente, un par de libros que leí y sé que te gustarán con tres discos que son parte de mi vida.

No sé si la vez pasada te conté que compré un nuevo equipo de sonido, no sé qué vamos a hacer con él cuando nos vayamos a vivir juntos otra vez, pero supongo que ese es un tema secundario. Me inscribí en la parabólica del barrio, ahora veo televisión peruana, tengo acceso a HBO y a un canal en algo que supongo es francés. El baño se dañó la semana pasada y me tocó pedirle prestado el inodoro a la vecina, que horror, me tocaba ir con velas y todo. Ríete, por favor, quiero que desde lejos, con el viento, me llegue el sonido de tu voz.

Te extraño, todos los días amanezco con ganas de que sea 1990, el comienzo de esa década lo disfrutaré contigo. Por demás no tengo nada que añadir.

7 comentarios:

  1. Que bonita carta... que difícil es extrañar así

    ResponderEliminar
  2. OMG!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ya entiendo por qué el alcohol, el chocolate y el pan d chocolate no son suficientes!

    ResponderEliminar
  3. .... Sin palabras!

    ResponderEliminar
  4. Extrañar es muy difiícil porque no solo se extrañan las cosas importantes sino las pequeñas cosas y esas son las más difíciles de recuperar. Me gusta como escribes Ro, tienes el don de ubicarme en el momento y lugar adecuado para imaginarme el resto de la historia :)

    ResponderEliminar
  5. Tiene gran parecido a una canción de Arjona, de hecho como soy un ferviente fanático creo que se parece a varias...
    Que anhelo tiene aquel hombre... que amor el que siente pero no dice explicitamente...
    Excelente Rodrigo, excelente.

    ResponderEliminar
  6. Extrañar es un sentimiento muy fuerte....Y tengo que confesar que es algo que no me gusta sentir

    ResponderEliminar