sábado, 6 de junio de 2009

Carlos Gaviria

Aprovecho el partido de fútbol de Colombia y que terminé gran parte de mi entrega de tesis de la semana entrante para hablar de Carlos Gaviria. La anterior entrada se la dediqué a Lucho y José Fuentes propuso que hiciera la reflexión del presidente del Polo. Voy a comenzar diciendo las cosas como son, no me gusta Carlos Gaviria y no me gusta la gente que lo rodea. Eso no es impedimento para resaltar su figura académica y su brillante labor en el Congreso y la Corte Constitucional.

Aún así, creo que uno necesita más que ser magistrado y senador para meterse en el ejercicio de la administración pública, que en nuestro país implica negociar con diferentes actores políticos y sociales cómo resolver los problemas que aquejan a nuestros ciudadanos. Sí, él es una persona intachable, no se puede siquiera poner en duda, tanto así que invitó al Presidente Uribe, su principal rival, al lanzamiento de su campaña presidencial hace cuatro años. Un acto de valentía y sinceridad, un mensaje cargado de simbolismo, propio de la democracia, que implica reconocer al contrario y hacerlo partícipe de nuestras decisiones y formas de actuar y pensar.

Nada de su caracter lo tiene preparado para ser presidente, él ha estado siempre acostumbrado a la oposición, parece que nunca se hubiera preparado para gobernar. Me pregunto yo, él qué haría con los militares, con los empresarios, con los congresistas. Sí, él puede ganar la presidencia, hace ocho años nadie daba un peso por Uribe y ahí está (y si no nos unimos, ahí seguirá). Entonces hagamos el ejercicio de imaginar su gobierno, paso fundamental para decidir el voto por él, o cualquier otro candidato.

En el tema de la guerrilla él habla de hacer un acuerdo de paz, que la solución política es la única. Bueno, estamos de acuerdo, a las FARC y al ELN hay que sentarlos y darles un par de dávidas y asegurarnos de que entreguen las armas y demás. El problema es que si él no ha estado interesado ni ha sido capaz de firmar acuerdos con los que piensan de alguna manera parecido (Lucho, los liberales, Fajardo y Mockus) mucho menos va a llegar a ningún Pereira con los guerrilleros, que exigen mucho y ofrecen poco y que no ven en la paz el camino para tomarse el poder.

La economía, tamaño problema en un país de muchos desempleados y pocas opciones para los más pobres. Hace cuatro años él decía que iba a acabar con la legislación laboral y que estaba en contra de todos los tratados de libre comercio. En otras palabras, él piensa enfrentarse al aparato productivo del país, decisión desacertada en un país con un Estado pobre y una empresa privada que gusta de reglas claras y maneja los hilos de millones de vidas y que tras una decisión adversa puede poner a muchos a buscar empleo. Brillante idea señor Gaviria. Lo más ridículo que he escuchado es lo de la ley laboral. Acaso cree que el ejecutivo hace y tumba las leyes, señor ese era el trabajo suyo como legislador o magistrado no lo será como presidente.

Digamos que eso nos sirve para pasar al siguiente punto, las relaciones con el legislativo, en el que los del Polo difícilmente serán mayoría. Pensemos que haya una coalición de centro izquierda con unos 40 senadores y menos de 50 representantes. A Gaviria se le olvida que el Polo es fuerte en Bogotá, La Guajira y Nariño, el resto de regiones están dominadas por las estructuras políticas tradicionales, en esencia conservadoras y ligadas a la economía local. Entonces, tumbar la ley laboral con una mayoría contraria parece un escenario mentiroso. Ni pensar en reformar las instituciones a su antojo o cambiar las políticas económicas, ampliar el gasto del Estado o dejar de lado las negociaciones para ganarse un par de voticos.

Ahora viene el problema del equipo de trabajo. En los 8 años que lleva Uribe la estructura del Estado ha sido copada por sus amigos y, en menor grado, por tecnócratas que entraron en los pocos concursos que se han llevado a cabo. Ellos saben trabajar al ritmo y con las ideas del presidente actual. Será que Gaviria los piensa reemplazar a todos. No tiene la fuerza electoral ni política para hacerlo. El otro problema serán los reclamos de sus amigos Moreno Rojas, Dussan, Robledo, Borda.

Hablando de Borda, qué va a hacer con los del Partido Comunista que todavía, pobres ilusos, creen en la combinación de todas las formas de lucha, ellos se van a vincular al gobierno o van a ser rechazados a tiempo. Qué va a pasar con los militares, los va a desmontar, va a acabar con las políticas de mejoramiento del equipamiento técnico de la fuerza pública y se van a retraer las unidades de los frentes de guerra cerca a dónde están los líderes de la guerrilla. Qué va a pasar con las unidades militares y policiales que llegaron a pueblos dónde no había fuerza pública, allá se va a acabar eso en aras a tener una mejor relación con aquellos que lo ayudaron a elegir. Muchas preguntas, pocas respuestas.

Finalmente voy a recordar que él fue el que tumbó la ley de cuotas en la Corte, entonces ¿eso quiere decir que las mujeres no van a estar incluidas en su proyecto político? ¿Qué pasa con el aborto, la eutanasia, los derechos LGBT, las relaciones con USA, con Venezuela, con Ecuador, con Europa? ¿Va a seguir quejándose en el exterior de las fuerzas militares de las que sería jefe supremo?

Me genera dudas señor Gaviria y desde ya le aviso, en la consulta del Polo voy a votar por Petro, para que ud pierda. Ojalá ud no sea el que termine en la competencia "reñida" con Uribe, porque en ese caso que entre el diablo y escoja y yo voto en blanco.

2 comentarios:

  1. ..................dejeme pensarlo retaliaciones con calma... me dieron las 2 y 30 am y no se si tenga energias para entrar en una controversia política. Pero no son muy afines algunas posiciones suyas...ahi las estaremos exponiendo.

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  2. La verdad la ley de cuotas no me parece util. Los puestos deben ser ganados por meritocracia, independiente de genero, si es bueno se lo gana, no por rellenar unos minimos.

    La vaina seria desde la igualdad de oportunidades desde la formacion, no en llenar unos puestos, al contrario eso marca diferencias.

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