miércoles, 11 de mayo de 2011

Mi decálogo de la reforma a la Ley 30

Había perdido la buena costumbre de escribir sobre asuntos políticos y después que los ánimos se calmaron con respecto a la reforma a la educación superior creo que es un buen momento para hablar del tema. Comenzaré diciendo, como es obvio, que no soy experto ni pretendo serlo y que creo que todas las partes se han equivocado en el manejo de esta crucial transformación del sistema educativo en Colombia. Antes que nada es necesario reconocer que hay un consenso nacional que rodea la necesidad de reformar la educación superior. Lo sabe el gobierno, lo saben los rectores de las universidades públicas y privadas, lo saben los estudiantes, lo sabe la empresa privada. Así las cosas uno creería que el debate sería más fácil. No, el tema genera tanta polarización que en vez de buscar lugares comunes todos se han dedicado a tratar de imponer sus lógicas. Ya sabemos que necesitamos reforma, sentémonos todos a discutir los términos de la reforma.

Primero: ¿Qué modelo queremos seguir? Hay varias opciones, está el estadounidense que fue nuestro modelo en los años 30, está el brasilero que se puso de moda esta década, está el chileno que ha dado buenos resultados en el cortísimo plazo, está el coreano que ha dado resultados en el largo plazo. Queremos el desarrollo ahora o en 40 años, de eso depende qué modelo queramos seguir.

Segundo: La reforma tiene que atacar dos males fundamentales de la educación superior en Colombia: la cobertura y la calidad. No podemos seguir produciendo profesionales mediocres y no podemos seguir produciendo pocos profesionales mediocres.

Tercero: ¿Con o sin ánimo de lucro? Es una pregunta que se puede asumir desde dos perspectivas, la universidad pública debería ser sin ánimo de lucro o con un lucro reinvertido en la misma universidad y las universidad privadas con un lucro definido por sus propios dueños.

Cuarto: Tenemos que revisar la historia para pensar cómo vamos a mejorar la educación superior y desarrollar el país. Colombia vivió dos procesos de expansión de la clase media bastante particulares que coincidieron con el aumento de la matrícula en las universidades públicas. En los años 30 con la llegada de las mujeres y la apertura de nuevos campus universitarios la clase media se ensanchó durante los años 40 y 50 y permitieron que aún en guerra el país no estuviera en bancarrota. Después, hubo un nuevo proceso que empezó en 1958 y terminó diez años después, con el mismo resultado, una nueva clase media que floreció durante los 70 y 80. Nuestro país tiene una clase media de unos 18 millones de personas que gastan como si fueran 40 millones, los primeros interesados en que en Colombia haya más clase media deberían ser los gremios que verían su consumo aumentar de forma exponencial si se amplía la base de la clase media. Al gobierno también le serviría para aumentar impuestos y es posible que se puedan romper así ciclos de violencia y de desequilibrios regionales.

Quinto: ¿Cómo queremos que sea el subsidio del Estado a la educación? Tradicionalmente se ha apostado por un subsidio a la oferta y poco subsidio a la demanda. Deberíamos combinar mejor ambas formas de llegar a la población. Si aumentamos los créditos educativos a nuestros estudiantes de pregrado y posgrado y usamos los excedentes financieros de dichos créditos para mejorar la base económica de nuestras universidades podremos tener un sistema más robusto.

Sexto: ¿Que hacer con la Universidad Nacional? O hacerla Nacional o cambiarle el nombre. Es ridículo que la UN apenas tenga 45.000 estudiantes, debería tener por lo menos 450.000. Es ridículo que la UN apenas tenga 4 sedes con pregrados y otras tres sedes casi de adorno, la UN debería tener al menos una universidad por departamento con carreras destinadas a las poblaciones locales, ingenierías ambientales o agrícolas en la altillanura, ingenierías ambientales, de desarrollo sostenible, antropología en la Amazonía y el Pacífico, estudios del mar en el Caribe, geología y minas en las montañas. Muy poco de eso hay por falta de voluntad política.

Séptimo: ¿Qué hacer con los egresados? De nada nos sirve tener millones de egresados de universidades públicas si no los logramos emplear. El principal papel de los gremios puede ser patrocinar estudiantes que después tengan cupos de trabajo asegurados en sus empresas. Los bancos, por ejemplo, podrían buscar a los mejores estudiantes de economía, financiar sus estudios y después garantizar que los mejores van a trabajar para ellos. Los egresados deberían pagar un impuesto o una contribución especial a las universidades para financiar proyectos de investigación o nuevos estudiantes. Es curioso que los estudiantes de las universidades privadas están dispuestos a donar para sus universidades y a visitar los campus después de graduados y los de las universidades públicas se olvidan de dónde estudiaron.

Octavo: ¿Qué hacer con la investigación? La universidad no puede depender de Colciencias para financiar su investigación. Las universidades deberían aprovechar recursos internacionales de cooperación, los recursos privados para la innovación y la tecnología para producir investigación. No es verdad que eso quite autonomía universitaria, las universidades en todo el mundo usan los recursos privados para investigar miles de asuntos y presentar informes independientes.

Noveno: ¿Qué hacer con las universidades públicas que no son la Nacional? La UPTC, la UPN y la ESAP son propiedad del gobierno nacional y deberían estar por todo el país transmitiendo conocimientos. La UPN produce profesores que vienen de estratos bajos, debemos cambiar las perspectivas laborales para que jóvenes de todos los estratos decidan ser profesores de colegio. La UPTC que llega a casi todo Boyacá debería ser un ejemplo para las universidades departamentales distribuyendo sus carreras, estudiantes y profesores, de acuerdo con las necesidades locales de los municipios más grandes, se podría convertir en una especie de universidad de los antiguos territorios nacionales. Las universidades departamentales deben asumir el reto de salir de las capitales y producir en los municipios.

Décimo: ¿Qué hacer con la educación superior técnica? La educación superior técnica y tecnológica no debería ser la salida de escape para aquellos que no lograron entrar a la universidad sino una opción real para aquellos que se quieren dedicar a tareas que no pueden ser asumidas por profesionales. Tampoco debe ser únicamente para estudiantes malos, las carreras técnicas deberían recibir buenos estudiantes y producir buenos trabajadores y debería ser un puente para que las clases más bajas en dos generaciones puedan integrar a las clases medias.

6 comentarios:

  1. Es obvio que necesitamos cambiar la actual ley 30, ese el el problema dentro de la nacho, dicen "No a la reforma" pero la actual ley no nos favorece... entonces sí necesitamos reforma, una reforma en pro de la educación superior de calidad, es muy fuerte la polarización de parte y parte, por ellos los últimos actos de algunos "compañeros" han empeorado la situación.

    El problema original fue el intentar imponer algo que no se conocía, tengo por entendido que la min educación hacía foros para estudiar la reforma y "posiblemente modificarla".

    Con respecto al Octavo punto, ya se busca por parte de la investigación financiamiento por fuera de Colciencas (por la ineficiencia de ésta) pero no ha ha sido muy generalizado, en muchos aspectos se depende aún de este departamento, además de que no se han organizado de forma optima para establecer otras fuentes de financiación.

    Del Noveno, ya hay buenos indicios, en la UIS han sacado sedes para iniciar carreras de pregrado en municipios (en mi pueblo natal, Barbosa ya existe una sede) hasta quinto semestre para después finalizar en la Sede principal, sería un ideal que este modelo se implementara a los demás, así como lo especificas.

    Del décimo, lo que ha sucedido con el SENA, apoyar solo este tipo de educación desplazando a un lado la profesional, eso no debería ser así, se necesitan profesionales y técnicos-tecnológicos para el desarrollo del país. No todos querrán ser profesionales o técnicos, de allí el balance, sin embargo existe un gran problema, es que en esta entidad hay corrupción, mal manejo de recurso (cursos con pésima calidad), es necesario invertir pero vigilar estos dineros.

    Rodrigo, excelente análisis!

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  2. Muy buen análisis.

    En cuanto a permitir que la empresa privada invierta en la investigación de las universidades publicas me parece que mas que necesario es urgente. La falta de presupuesto, la burocracia y el mal manejo de Colciencias han hecho que la investigación en Colombia lleve muchos años estancada.

    Ahora el asunto no es solo permitir que ingresen dineros privados, es también generar confianza para que se genere la inversión. La mayoría de las universidades departamentales (sobre todo las mas pequeñas) son usadas como caja menor del gobernador de turno, manejadas por cuotas políticas que desconocen el manejo de la educación y de la investigación, ademas de los altos niveles de burocracia. Todo esto genera desconfianza en un sector que cuando invierte en investigación busca resultados fiables de manera rápida, algo que en este momento pocas universidades publicas en el país pueden ofrecer (Creo que solo la U de Antioquia tiene mecanismos para esto).

    Me parece que la solución esta en reformar Colciencias, desmontar toda su burocracia y dejarlo no solo como un organismo que financie la investigación, sino que controle y vigile la inversión privada de tal manera que se genere confianza para invertir en la investigación de la universidades publicas y se asegure que los recursos generados sean reinvertidos en la generar, afianzar y mejorar nuevas lineas de investigación.

    No se puede pretender que sea solo el Estado el que financie la investigación, pero tampoco que sea solo el sector privado, debe ser un sistema mixto.

    Por otro lado a mi la reforma no me parece tan mala como la pintan, si bien se queda corta en muchos aspectos, en otros es un gran paso. Hay que abonarle al gobierno que permitió una discusión abierta sobre el tema, antes de presentar la reforma al congreso.

    De nuevo muy buen análisis.

    Saludos

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  3. Para “Ray” (del enlace del "el blog de la nacho")

    ¿Qué para mí la educación siga siendo un goce de pocos?, con releer su escrito no me extraña una afirmación tan estúpida. Se nota que no ha leído (o visto) ninguno de los enlaces que deje desde hace casi un mes. Una muestra de la mediocridad de los “comunicadores” que engendras las U privadas en Colombia.

    Yo no le cambiaria nada a este “decálogo”, simplemente le recomiendo que se limitaría a decir que el anterior escrito “lo he Copiado y Parafraseado”, en pocas palabras decir que usted está haciendo fraude, los discursos de la ministra de educación junto con lo que dice Vicky Dávila en RCN.

    A su favor puedo decir que no me queda la menor duda de que el séptimo punto es producto de su intelecto y su incansable investigación en este tema, le propongo que lo patente y le aseguro que será firme candidato a ganarse un “Ig nobel price” en economía.

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  4. Prefiero dejarle la respuesta con un enlace de alguien que conoce muy bien el tema:

    http://www.lasillavacia.com/historia/gonzalo-arango-el-perfil-de-la-ministra-de-educacion-obedece-la-naturaleza-de-la-reforma-qu

    Es un profesor universitario con mucho conocimiento sobre el tema, y no un tipo que escribe la primera burrada que se le viene a la cabeza.

    Posdata: En la universidad NACIONAL, por fortuna, sí se persigue el fraude así que si quiere durar un poquito como estudiante activo, le recomiendo que cite y de referencias.

    NO SE ROBE LAS IDEAS DE LOS DEMÁS

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  5. Respondí en Elblogdelanacho. Gracias por los comentarios

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  6. Hola Rodrigo.
    Te agradezco la cordialidad de haber leído y respondido los comentarios que dejaron en tu artículo. :)

    Todos los puntos que tocaste son relevantes y además de ser atacados a través de la política pienso que también requieren ser respaldados por un cambio cultural en cuanto a la forma de pensar de la población, por lo que me atrevo a apostar por el desarrollo de un nuevo modelo educativo pensado en el mediano y largo plazo.

    Añado que no solo hay que pensar en buscar una reforma sólida y bien estructurada para las IES sino también para todo el sistema, iniciando desde la educación para la primera infancia.

    Excelentes apreciaciones, un saludo. :)

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