viernes, 23 de abril de 2010

Una faena diferente

En un sillón una jovencita esculcaba los pantalones de un hombre maduro de gestos afeminados. En el piso dos mujeres restregaban sus senos con sus manos contra la alfombra. De pie tres hombres se daban un beso comunal. En un rincón alguien disfrutaba viendo, voyerismo también es participación, decía cuando alguien se le acercaba y lo invitaba a compartir su cuerpo en el enjambre de abrazos y besos.

Todo había comenzado con una cerveza, una invitación a celebrar un triunfo laboral. Pronto la cerveza se convirtió en tequila. Del bar donde los sacaron pasaron a la casa de uno de los presentes, que vivía cerca. El tequila se acabó antes de llegar al ascensor y adentro sólo había porros. Parafraseando la canción de Sabina merandaron besos y porros. Parecía un servicio de citas gringo, unos se daban besos y se compartían después de un rato. Nadie se quedaba solo. Al rato alguien recordó que en Bogotá existe un domicilio nocturno de comida y trago. Con la memoria mejorada por los efectos narcóticos de la marihuana pidieron otros tequilas y para completar la mezcla un par de aguardientes. La noche de celebrar pasó a ser una noche de despecho.

El dueño de casa prendió el televisor y puso un DVD de karaoke que tocaba canciones arrabaleras de décadas pasadas. Compitieron, aquellos que no lograran buen puntaje tendrían que desprenderse de un elemento de ropa. Al final, el perdedor tendría que hacer un acto público de exhibicionismo.

No alcanzaron. El alcohol y el narcótico se juntaron muy rápido. La ropa salió fácil y los besos no pararon. En general se expandieron a todo el cuerpo, dejaron estar sólo encima del cuello. Y ahí fue el acabose. No había suficientes mujeres, dos de las tres que había eran lesbianas. Ya entrados en gastos dos hombres decidieron probar algo diferente. Comenzaron con tragos en el ombligo, siguieron con caricias sugestivas. Al fin y al cabo estaban experimentando bajo el efecto de la desmemoria que se produce en la gente la mezcla de sustancias psicoactivas.

Los del sofá estaban más tímidos, fueron los últimos en probar las mieles de los dos. Él estaba intimidado con la actividad de la sala y decidió mantener sus pantalones el mayor tiempo posible. A ella le gustaba que él estaba más viejo que el promedio de la sala. Se acercó después de seducir al voyerista y fracasar en el intento de alejarlo de su encantamiento personal. Los dos se besaron con miedo, los labios apenas se rozaban, después de unos minutos ya los dientes desgarraban el contorno labial y de vez en cuando exploraban el cuello y las orejas.

El trío había empezado con dos, el otro se unió después de un par de copas de tequila en una silla. Se animó porque creyó que los otros dos no habían congeniado. Se equivocó, el alto había ido por condones. Cuando volvió se unió al grupo y el otro no se fue. Beso vino, beso fue. Una caricia más atrevida comenzó el último en aparecer en escena y un lenguetazo del más alto hizo que el pudor se extinguiera. Al poco rato de besarse, arañar, rasgar, morder y probar se sentaron en el piso y formaron un triángulo que les permitía hacerse sexo oral los unos con los otros y rotar cuando se aburrían de los mismos sabores. Terminaron usando los penes como micrófonos y usaron el pecho del alto como estacionamiento de sus espermatozoides.

El del rincón decidió terminar el asunto en su casa, el show no había sido suficiente y nutriría su imaginación con un poco de pornografía que guardaba en su disco duro. La pareja de lesbianas tuvieron una ajetreada faena, comenzaron en la sala, siguieron al baño donde trataron poses frente al espejo, después salieron desnudas al balcón a fumar y besarse y finalmente se acostaron en una cama a lamer chocolate de sus caras.

El alto, dueño de casa disfrutó hasta la madrugada, cuando vio el desorden y se aterró de lo que un par de porros, una cantidad limitada de alcohol y una provisión segura de hormonas eran capaces de hacer.

6 comentarios:

  1. No se si es una proyección de algo vivido, algo visto o algo que se quiere vivir (ya me hago el psicólogo, y como tal soy muy buen abogado >_< ).
    1. Interesante fiesta...
    2. No me gustaría ser el dueño del apartamento.
    3. ¿cómo se saca a la gente al otro día?

    Ah, foi legal, Rodriguinho

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  2. Bueno varios comentarios.
    1)Si eso es lo que producen los tragos después de un ascenso puede que nunca lo haga... y puede que sea lo primero que haga (depende de mis compañeros de trabajo)
    2) La compañía que les llevó licor a domicilio era Cava Siete, verdad?
    3)El Voyerista terminó feo... aunque si era feliz pues buena, finalmente casi todo es subjetivo.
    4) Felicitaciones Rodrigo, sigues siendo excelente en tu imaginación... o en tus crónicas?

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  3. ke interesante.. me gusta mucho todo lo ke escribes ! es muy genial
    te felicito

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  4. Solo puedo decir hot hot hot .... Aha Aha I like it ♫

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  5. oh por dios!!! que cantidad de ganas reprimidas en ese apartamento!!!
    super el post

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