Eduardo Franco: Un Franco defensor de la Revolución

Un Franco defensor de la revolución.


Eduardo Franco Isaza comandó las guerrillas liberales de mitad del siglo XX en el llano. Hoy sigue convencido de que los problemas de nuestro país se deben al intervensionismo gringo y a las profundas diferencias sociales. Liberal como muy pocos, considera un triunfo para la izquierda los logros del alcalde Garzón y espera que pronto Colombia se encamine en los vientos de revolución que rondan a toda América Latina.

Puede ser fácilmente confundido con un abuelo más que pasea por las calles de Bogotá. Sin embargo, detrás de sus arrugas, está un hombre que se entregó en cuerpo y alma a la lucha contra la represión conservadora en los llanos de Casanare y consiguió ser uno de los hombres más influyentes de la política colombiana en los últimos 50 años.

La guerrilla

Nació en Sogamoso y se crió entre las montañas boyacenses y las llanuras casanareñas a orillas del río Cusiana. Estudió en el Colegio de Boyacá, y en esas frías aulas se destacó como deportista e intelectual de ideas liberales. Cuando su padre murió tomó las riendas de su hacienda en Casanare, y fue en el piedemonte llanero donde decidió unirse a la guerrilla.

Estuvo al mando de un grupo conocido como Mochacá que defendía los territorios comprendidos entre los ríos Cusiana y Cravo, cerca al piedemonte, con una base importante en la hacienda La Victoria. Peleábamos con las uñas, no teníamos armas suficientes, sin embargo, todos pelábamos con fuerzas y derrotamos a los chulavitas en más de una oportunidad.

Para conseguir armas viajó junto a Rafael Sandoval Medina a Venezuela y allí fueron recibidos como asilados por el gobierno del General Carlos Pérez Jiménez. La idea de su viaje era cambiar armas potentes para poder derrotar al ejército a cambio de 300.000 reses de ganado que serían aportadas por todas las fincas del llano. Cuando la negociación estaba casi lista, Rojas Pinilla llegó al poder y aunque nosotros le dijimos a Guadalupe que no entregara las armas porque estábamos ganando la guerra, él se fue y se tomó la foto y le dio la mano al presidente y hasta ahí llegó la negociación, a Guadalupe lo mataron como era de esperarse.

La situación actual

El proceso de desarme actual es muy infantil, usa al mundo en contra de la democracia y la libertad. Es producto de la ignorancia política del pueblo colombiano y de la malicia de unos pocos colombianos que tienen el poder. Sus palabras demuestran descontento, pues los procesos de paz han sido promulgados desde arriba, sin tener en cuenta las grandes mayorías y por eso el círculo de la violencia se ha mantenido a través del tiempo.

Yo me pregunto porqué las clases medias y sobre todo los estudiantes universitarios no hacen nada para cambiar esta situación. Todos los días uno ve a los gringos diciendo pendejadas y a sus discípulos en el gobierno haciendo lo que de allá les mandan y aquí nada pasa, todo sigue igual. Es justamente la falta de compromiso de las nuevas generaciones lo que más le molesta, pues hoy en día nadie reacciona ante los problemas del país.

La solución es crear un partido que congregue a todos los defensores de la democracia y la libertad sin distinción de pensamiento, pero purgado de todos los que han destruido el país para lograr el objetivo de un mañana mejor. Yo veo que el Partido Liberal perdió la oportunidad, pero el Polo puede ser un lugar de partida para todos, allí todos debemos defender la unidad de país, la igualdad, la libertad y sobretodo la amistad con los pueblos latinoamericanos.

La vida en Bogotá

A diferencia de la mayoría del país en Bogotá si han existido decisiones congruentes y los votantes han encontrado la fórmula para subsanar los problemas sociales y a la vez promover el desarrollo, Garzón es un tipo sensato, conocedor de la ciudad y sus problemas, Mockus también lo fue y el hijo de la nena Rojas (Samuel Moreno Rojas) o Maria Emma Mejía también lo serán.

Vivir en Chapinero es un privilegio pues está en el centro de la actividad citadina y además entre los poderes políticos y económicos del país, pero le preocupa la forma como se va afectar su localidad en el futuro con la construcción de un sistema masivo por la carrera séptima. El problema no es Transmilenio, porque ese sistema si ha mejorado muchos aspectos de la ciudad, pero la séptima no puede tener ni Transmilenio ni tranvía, porque no caben, no hay donde hacerlos con espacio también para los carros. Lo que hay que hacer es un metro elevado como nos dijeron los japoneses hace ya tanto tiempo.


Sus memorias

Durante su exilio en Venezuela Eduardo Franco Isaza escribió el libro Las guerrillas del Llano, un apasionante relato con prologo de Juan Lozano y Lozano que cuenta sus aventuras, desde el atentado contra su vida en las montañas de Boyacá hasta los días en el exilio con Rafael Sandoval cuando recibieron la trágica noticia de la entrega de las armas guerrilleras.


"En síntesis, a cambio de nada, las guerrillas victoriosas ceden el terreno conquistado a tan alto precio, y sin dejar nada para sí, se entregan tan confiadas como otras veces lo fueron al combate..."

Fragmento de Las guerrillas del Llano.
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Murió Eduardo Franco y con él el último gran guerrillero liberal que tuvo Colombia, al lado de mi abuelo pensaron un mundo mejor sin conservadores y terminaron en Venezuela exiliados. Después volvieron a Colombia y los "liberales" los olvidaron en un rincón de Boyacá. Este artículo lo publiqué originalmente en Directo Bogotá y es el último trabajo que se le hizo antes de morir.