martes, 10 de febrero de 2009

La temporada 2009

Algunos creen que estoy mintiendo o molestando cuando me autoproclamo fanático de la fiesta taurina. No es mentira, me gusta ucho la fiesta brava. Quiero hacer varias impresiones antes de que cierren esta ventana o dejen de leer El Bayabuyiba. Primero, crecí al lado de los toros, no sólo los de comer, sino los de casta. Segundo, no acepto que haya gente que se queja de los pobres toritos pero le hace la vista gorda a los millones de personas que mueren de hambre en el mundo. Tercero, la muerte en una plaza es mucho más digna que aquella en los mataderos, lo digo porque he presenciado ambas.

Ahora debo explicar que sí los toros sufren una media hora de tortura después de vivir como reyes unos 5 o 6 años. Así es, las haciendas de toros de casta dedican sus mejores pastos y cuidados a los toros que una tarde representarán el nombre del ganadero y su tradición criadora. El buen trato es tal que muchos soñaríamos que la carne que compramos en los supermercados viniera de tan nobles musculaturas. Los toros que se escogen con ojo milimétrico reciben los mejores potreros y en general no los mueven de un buen espacio abierto y empinado. Conocen los camiones la mañana de la corrida, no puede ser antes porque el desgaste los daña. Diferente de los que vienen a Bogotá para consumo humano, esos que deben soportar dos o tres días de movimiento en camión sin comer y luego una muerte infame generalmente por desangre y no por una estocada.

Los toros me gustan, las corridas también. Ser torero es uno de esos sueños frustrados. He toreado apenas una vez, una novilla con César Camacho en el ruedo del silo en Suescún. Me encantan las corridas de rejones, esa maestría con la que manejan los caballos y el toro. Bello espectáculo.

Este año la temporada tuvo un especial significado para mi. Primero, conocí a uno de los mejores rejoneadores del mundo, Joao de Moura Jr. (ya conocía a Dayro Chica y Fernando López, ambos conocidos en Colombia, pero irrelevantes en el mundo). De Moura heredó la gracia lucitana de su papá y la conexión especial con el caballo, para hacer quiebres y espectáculos de una nobleza indiscutible. Lo conocí en las peores condiciones, después de una lesión en la muñeca que por poco lo deja por fuera de los ruedos colombianos, estuvo en Cali, pero canceló en Manizales y Duitama. Finalmente hizo un esfuerzo y toreó en Bogotá. Tuvo la suerte de ser operado por mi tío y a él le dedico uno de los toros. ¡Que dicha y que envidia!

También este año fue diferente porque extrañé a César Rincón y a César Camacho, ambos excelentes toreros, el primero más que el segundo, el segundo con méritos para ser más de lo que la gente dice que fue. Este año llovió en Cañaveralejo, brillante sorpresa que por poco acaba con la corrida nocturna y en Duitama por fin escampó.

Este año también hice un propósito, el año entrante voy a la Santamaría, me llevo al que me acompañe. Si aquí nadie se hace voluntario invitaré a mi papá.

1 comentario:

  1. Hola Rodrigo le escribe Jaime (novio de Ailín por si algo), le confieso que leer esta entrada me produce una sensación extraña (como entre sorpresa, tristeza y algo de indignación), sobre todo viniendo de alguien a quien, como a usted, considero inteligente y deliberante (mas por referencia que por conocimiento propio).
    Me parece que son muy poco acertados y convincentes sus argumentos; que medio mundo esté sufriendo (si, es una gran problemática y también soy consciente de que hacemos muy poco para evitarlo), que estos toros vivan como reyes, o discutir que asesinato es menos doloroso o “digno” no les da derecho a pasar sobre una vida y peor aún haciéndolo así, como un espectáculo o “arte” (demasiado sangriento para mi gusto además) en el que se divierte al público con el sufrimiento y la tortura hacia un ser vivo.

    Pero bueno, no piense que lo odio o que lo voy a matar (jajaja) o algo por el estilo (estoy acostumbrado a ciertos prejuicios por ir a una que otra marcha anti-taurina o por el simple hecho de estudiar en la UN, aunque sé que como estudiante usted no los tiene), simplemente quería expresarme (y lo hice) y aunque no comparto su gusto, créame que lo respeto, cualquiera puede creer y hacer lo que le plazca (bueno dentro de los limites). Por lo demas me parecio muy bueno su blog, ojala siga adelante. Un saludo y saludos a las gordas. Ah!, que pena por el exceso de “paréntesis informativos” (como este).

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